Nuestro día a día incluye cirugías de reconstrucción de pene. En ellas englobamos las cirugías secundarias: pacientes que ya han sido operados previamente del pene, así como secuelas de cáncer de pene y de accidentes de tráfico. Las cirugías secundarias para reparar o mejorar una cirugía de pene previa han aumentado exponencialmente en los últimos años.

El auge de las cirugías de alargamiento de pene y de implantación de prótesis de pene ha derivado en cirugías realizadas por manos poco expertas, que aunque tienen su mejor intención no disponen de experiencia suficiente para su realización llevando a resultados insatisfactorios. En todas ellas buscamos lo mismo: back to basics, es decir volver a los aspectos básicos de la cirugía y comprobar uno a uno si los elementos están donde deberían.

Es frecuente encontrar cirugías de alargamiento de pene en las que el ligamento suspensorio no está liberado o lo está de forma excesiva, así como cirugía de prótesis peneanas donde la prótesis se ha implantado en un plano incorrecto. Tanto unas como otras son cirugías complejas en las que dependemos de lo que se ha realizado anteriormente para conseguir un resultado u otro. De hecho, en muchas ocasiones, no sabemos qué vamos a hacer exactamente durante el procedimiento quirúrgico hasta que nos encontramos dentro del pene. En lo que respecta a la reconstrucción tras traumatismos de pene, cáncer de pene u otras circunstancias debemos analizas cada caso de forma individual.